La vida,
en su intento de crianza me enseño que uno no escoje donde nacer,
ni de que nacionalidad ser,
ni ser hijos de quien, ni hermano de aquel o de aquella.
La vida me enseño que somos un motivo,
que cumplimos un proposito, sea malo o bueno.
Tambien me enseño que,
en un momento nos convertimos en un proposito de alguien
y alguien en nuestro proposito.
Eso me mostro la vida,
que somos un luchar para ganar, no para competir;
porque a nadie le gusta perder.
Que somos un dar para recibir, porque manos que dan esperan.
La vida me enseño que,
hay que “Tratar hasta cansarce”,
porque la experiencia siempre sera la mayor recompensa.
La vida en su cruda realidad me mostro su injusticia.
Injusticia que nos enseña que lo unico que puede contra ella es la humildad.
La vida me enseño que venimos al mundo sin ser consultados,
que entramos en un juego en donde nos toca tirar
con fichas heredadas que no prometen resultados exitosos.
La vida en enseño que en el breve espacio que hay entre el bautizo y el entierro,
cada quien debe arreglarselas como pueda,
cada quien debe formarse el camino del exito o del fracaso;
es solo que son muy pocos los que saben que camino tomar.
La vida en enseño que la sangre pesa,
que la familia es importante y
que “ Amigo es la familia que escogemos entre extraños.”
Harold B. / 9 de Abril del 2000.
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